Tomarse el tiempo con uno mismo

Durante el verano me fui de viaje, y tuve la suerte de poder tomar unas clases de ashtanga yoga con un excelente profesor; y aunque el yoga fue digno de comentar, me gustaría hablarles hoy de algo que él dijo durante la clase que me resonó. Durante savasana (la relajación al final de la clase) dijo “no tengan miedo a tomarse un tiempo con ustedes mismos. Olvídense del resto, es necesario pasar un tiempo con uno mismo cada día”.

Me pareció maravilloso que se preocupara de enseñar esto, porque con el tiempo, he descubierto que para poder mejorar en la vida es necesario sentarse a escuchar lo que vamos aprendiendo. Dar un momento para que todos los estímulos que recibimos se maceren y adquieran un gusto único, y se conviertan en nuestra singularidad. Es un proceso sumamente íntimo.

Todos tenemos distintas intensidades que nos llevan a ser como somos. Nos llevan a actuar de un modo u otro en cada situación. Y cada una es aceptable y respetable. Sin embargo, hay ciertos “afinamientos” que le podemos hacer a nuestras formas que permiten que llevemos vidas más asertivas.

En el camino rumbo a encontrar ese balance, uno se va topando con mensajes que te orientan. Puede ser una pelea, una crítica, una llamada de atención. O por el contrario, una alabanza, un “pat on the back”, algo que nos diga que lo estamos haciendo bien.  Cualquiera sean esos mensajes, es necesario que haya un momento en el que podamos masticarlos y digerirlos. Solo así podremos armarnos un game plan.

Tomarnos un tiempo con nosotros mismos no es sentarse a mirar la tele con la mente en blanco. Tomarnos un tiempo con nosotros mismos es mirar hacia adentro y tener un diálogo con uno mismo. "¿Cómo voy?" "¿Qué debo hacer para lograr lo que quiero?" "¿Sé lo que quiero?"

Tomate un tiempo contigo mismo por una vida 360!

para mi hermano Diego