martes, 8 de abril de 2014

Hacerse cargo de uno mismo

Tuve un momento triste hoy. Y fue triste porque por un momento muy intenso, y que sentí muy largo, me sentí completamente vulnerable. Es una sensación tan solitaria, la vulnerabilidad. Es como saltar al vacío y no saber si voy a caer y romperme.


Pero fue también, horas más tarde, un momento decidor. Porque mientras me escuchaba compadeciéndome de mi mala fortuna, escuché a una persona que no me gusta. Una persona que prefiere llorar y quejarse de lo que ha pasado. Y tomé la decisión de que para dejar de ser aquello que no quiero ser, para dejar de sentirme como la víctima de una situación, debía moverme.

Los detalles de lo que me ocurrió hoy no son importantes para que entiendan lo que les quiero contar, porque en rigor, lo de hoy se puede permutar con cualquier “mal evento”.  Realmente, lo que está en juego no es lo que nos ocurre, sino cómo lo tomamos. Es un cliché lo que acabo de decir. Pero al vivirlo, al experimentarlo, se comprende este cliché desde lo visceral, y se convierte en una experiencia fundante: se genera un nuevo sujeto.

En mí caso, se genera una Diana más adulta, y menos niña porque escojo levantarme y hacer algo respecto de lo que me pasa, y porque entiendo que no puedo quejarme para siempre esperando que otro venga a salvarme.


Por una vida 360, hoy los invito a ser fuertes, y hacerse cargo de sí mismos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog