viernes, 23 de octubre de 2015

Revelaciones

Hace un tiempo escribí que me sentía viviendo una crisis existencial. He estado callada durante mucho tiempo sin publicar nada porque he estado sumergida en esa crisis. A veces a punto de ahogarme, y recientemente nadando hacia la orilla...



He retomado mis clases de yoga lo cual me ha hecho profundamente bien. Ademas, he recibido la energía sanadora y terapéutica de otras mujeres que gravitan alrededor mio. Siento que no es trivial hacer lo que a uno le hace bien y juntarse con quienes uno quiere. Realmente cambia la energía que uno tiene. Estoy convencida que somos seres energéticos que nos cargamos de nuestro entorno. Y creo que el cambiar mi energía me ha ayudado a empezar a nadar y no ahogarme en mi crisis.

Hoy tuve un día revelador. Han ido apareciendo haces de luz respecto de lo que quiero, pero me cuesta aún aparejar mi claridad con la valentía. Sé cada día más que quiero quedarme en casa cuidando a mi hija, dedicándome a ser madre. Quiero terminar de convencerme que el ser madre es una vocación, un deseo, y un trabajo al que una se dedica con la mayor de las entregas, y acallar las voces culposas y prejuiciosas que muchas veces me susurran "no vayan a pensar que eres floja... que dejaste botada la carrera... que no quieres trabajar... ect, ect, ect".

Pero como les decía, hoy tuve un día revelador. Mi hija tuvo fiebre ayer, y hoy amaneció con fiebre también. Decidí quedarme todo el día a su lado, sin hacer nada más que atenderla. Jugué todo el día con ella, le tomé la temperatura varias veces, durmió en mis brazos. Cuando finalmente la acosté al final del día, me di cuenta que días como hoy me aseguran que mi decisión de quedarme en la casa a criar a mi hija es la decisión acertada. Para mi, estar presente como mama y cuidar personalmente a mi hija mientras se siente mal es prioridad. Nada me importa más que verla contenta, verla crecer, verla aprender, y tratar de ayudarla en su camino. Me siento plena. Ser mama le da un sentido a mi vida y es una sensación visceral.

Hoy me di cuenta que para ser lo que quiero ser solo necesito la determinación para enfrentarme a todos los miedos, los prejuicios, y los demonios internos que me obstaculizan. Y recordar constantemente que la palabra clave es "INTERNOS", porque nadie me detiene de ser lo que quiero ser más que yo.


1 comentario:

  1. Siempre hay motivos para decidir las cosas que hacemos, y casi siempre -si miramos bien- suele darse que el motivo correcto viene del lado del corazón. Lejos queda lo razonable, lo que debería hacerse, el narcicismo. Todo lo bueno y valiente viene desde el amor.

    Y qué mejor experiencia que un hijo para dedicarse de lleno a amar :)

    Beso!

    ResponderEliminar

Archivo del blog